El hombre desembolsa £300 para llevar Pot Noodles y una parrilla de vacaciones.

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Rebecca y John, una pareja que adora absolutamente ir de vacaciones, se han encontrado en desacuerdo cuando se trata de sus preferencias culinarias. Rebecca está abierta a probar comidas nuevas mientras está de vacaciones, pero su esposo John, un conductor de camiones de 40 años, se niega a comer cualquier cosa que no sean papas fritas. De hecho, es tan exigente con sus comidas que hace grandes esfuerzos por llevar su propia comida, gastando £300 adicionales además de los gastos de hotel y vuelo. John empaca una maleta llena de Pot Noodles, papas fritas, salchichas y dulces, e incluso lleva una parrilla George Foreman para cocinar sándwiches de tocino en su habitación de hotel.

Rebecca, una esposa cariñosa, comenzó inicialmente a empacar bocadillos secos para John hace tres años en un intento de complacer sus hábitos alimenticios exigentes. Sin embargo, con el tiempo, tuvo que aumentar la cantidad de comida que le llevaba. Durante su viaje a Egipto el año pasado, la pareja llevó consigo una bolsa entera llena de 21 Pot Noodles, 86 paquetes de papas fritas, dos paquetes de tocino, 30 salchichas, latas de atún, un bloque de queso, salsa de color marrón, así como 30 barras de galletas Club, 16 bolsas de dulces y barras de desayuno. El festín británico les costó £300 adicionales, además de los £1,400 que ya habían gastado en su resort todo incluido.

A pesar de los gastos adicionales, Rebecca insiste en que no le importa. Su principal preocupación es asegurarse de que John esté comiendo y disfrutando sus comidas. Explica que siempre ha sido extremadamente exigente con la comida, incluso cuando están en el Reino Unido. Según las preferencias de John, siempre es preferible comer en casa que salir a comer. A Rebecca le encanta la comida y cocinar, así que está contenta siempre y cuando su esposo esté feliz con lo que come. De hecho, fue su idea empezar a traer su propia comida de vacaciones, y simplemente se ha convertido en un hábito desde entonces. Incluso admite que no disfrutaría de sus vacaciones si John no pudiera comer sus comidas preferidas. Además, revela que solo come la comida que traen, y en raras ocasiones, puede picar un poco de pan del restaurante del hotel. Incluso han llevado fideos instantáneos en paseos en bote en el pasado para asegurarse de que John tenga algo que comer.

Una pareja británica ha llamado la atención por su hábito de viaje único de traer su propia comida de vacaciones. John y Rebecca, que llevan casados 10 años, se niegan a comer la cocina local y en su lugar llenan sus maletas con sus snacks y comidas favoritas. John, autoproclamado comedor exigente, afirma que siempre ha preferido la comida tradicional inglesa y no le gustan las verduras. Para asegurarse de tener acceso a sus comidas preferidas, trae sus propias salchichas y tocino, incluso empacando una parrilla George Foreman para cocinar en su habitación de hotel. Aunque esto puede parecer inusual para algunos, John lo ve como una forma de tener sus «comodidades del hogar» mientras viaja.

Sin embargo, este hábito también tiene sus desventajas. Rebecca a menudo se encuentra cenando sola durante sus viajes, ya que John no está dispuesto a probar comidas nuevas. A pesar de esto, ella lo ha aceptado como parte de su «vida normal» y cree que su esposo nunca cambiará sus hábitos. Aunque algunos puedan cuestionar por qué eligen pagar por vacaciones con todo incluido cuando traen su propia comida, John explica que es por la «cerveza gratis» y que la calidad de la comida no le importa.

Traer su propia comida requiere una planificación cuidadosa, ya que una maleta llena de provisiones generalmente les dura durante toda su estadía. Sin embargo, en ocasiones se han quedado sin comida uno o dos días antes de regresar a casa. A pesar del gasto adicional, John lo ve como un intercambio que vale la pena, ya que de todas formas gastarían dinero en comida de regreso a Inglaterra.

Aunque su enfoque de viajar puede ser poco convencional, John y Rebecca han encontrado una forma de disfrutar sus vacaciones a su manera. Para ellos, la comodidad de la comida familiar supera la experiencia de probar nuevos platillos de todo el mundo.