El diagnóstico erróneo del médico casi le cuesta la vida a mi hija.

0
26

Vida Destrozada: Pérdida Devastadora y Negligencia Médica

En un giro desgarrador de los acontecimientos, mi mundo ha sido destrozado. Mi hija de 26 años, Jess, quien una vez irradiaba bondad e inspiración, ya no está con nosotros. Los eventos que se desarrollaron, que llevaron a su prematura muerte, solo pueden ser descritos como cataclísmicos. Siento como si mi vida hubiera perdido todo enfoque, dejándome a la deriva en un mundo que es irreconocible.

Todo comenzó de manera inocente. Un pequeño paquete llegó a nuestra puerta, llevando la conocida caligrafía de Jess. Dentro, una tarjeta adornada con un arcoíris, acompañada de un broche elaborado por su amiga. Jess, como muchos otros, había sido cautivada por los arcoíris del NHS, simbolizando esperanza durante los días oscuros de la pandemia de Covid. Poco sabíamos que en solo unos pocos meses, Jess ya no estaría con nosotros.

Poco después de enviar esos regalos sinceros, Jess enfermó. El viaje que se desarrolló a partir de ese momento está lleno de preguntas sin respuesta, culpa y un abrumador sentido de anhelo. Es una historia que desafía la comprensión.

Inicialmente, Jess experimentó dolor abdominal. Una llamada telefónica, sin ningún examen físico, llevó a un diagnóstico de infección del tracto urinario (ITU) y una receta de antibióticos. Pero su condición no mejoró. En cambio, sus síntomas empeoraron, manifestándose como fatiga extrema, fiebres intermitentes y una tos persistente que la dejó hablando en una voz apenas audible.

Los profesionales médicos que encontró fueron rápidos en atribuir sus síntomas a Covid, a pesar de múltiples pruebas que demostraban lo contrario. Se aferraron a la noción de que el virus, que había postrado al mundo de rodillas, era la causa del sufrimiento de Jess. La diagnosticaron con Covid prolongado, desestimando su condición deteriorante como una mera consecuencia de la pandemia en curso.

A medida que los días se volvían más fríos, la salud de Jess continuaba deteriorándose. Experimentaba goteo postnasal, vómitos y una alarmante pérdida de peso. La tos persistía, atormentándola durante cinco largos meses. Sin embargo, aquellos dentro de nuestro apreciado NHS, la institución que ella apoyaba ardientemente, no reconocieron la gravedad de su enfermedad. Su suposición resultó ser fatal.

No fue hasta que Jess tomó las riendas y buscó una derivación privada que recibió un diagnóstico devastador. El cáncer en etapa 4 de origen desconocido había devastado su cuerpo, dejando a los profesionales médicos incapaces de identificar su origen. Para cuando la verdad fue descubierta, era demasiado tarde.

La pérdida de Jess ha dejado un vacío indescriptible en mi vida. Me veo luchando con lo inimaginable, atormentado por los qué hubiera pasado y por el conocimiento de que su vida fue truncada debido a la negligencia médica. El dolor es inmenso, y solo puedo esperar que la historia de Jess sirva como una llamada de atención a las fallas dentro de nuestro sistema de salud. Nadie debería sufrir el mismo destino.

PÉRDIDA TRÁGICA: Madre Destrozada Comparte la Devastadora Historia de la Batalla de su Hija contra el Cáncer

En un giro desgarrador de los acontecimientos, Jess, una joven brillante y ambiciosa, falleció trágicamente solo tres semanas después de su diagnóstico. Su madre, Andrea Brady, se abrió sobre el viaje devastador que enfrentó su hija, revelando el dolor y la angustia que experimentaron durante este difícil momento.

Desde el momento en que Jess fue ingresada al hospital, estaba claro que su condición era grave. Necesitaba oxígeno constante y estaba confinada a su cama, incapaz de salir siquiera de la habitación. A medida que los días se volvían más fríos y el cielo se tornaba de un sombrío tono de gris, la realidad de su situación se volvía dolorosamente clara.

Los médicos no endulzaron la verdad: no había esperanza para Jess. La devastadora noticia destrozó las esperanzas y sueños de la familia por su amada hija. Si hubiera alguna manera de retroceder en el tiempo y cambiar el resultado, Andrea lo haría en un instante. Desafiaría todas las probabilidades y lucharía por la vida de su hija.

El 20 de diciembre de 2020, Jess perdió trágicamente su batalla contra el cáncer. Era una joven vibrante y ambiciosa, con un diario lleno de aspiraciones para el futuro. La devastación sentida por su familia es indescriptible: un dolor crudo y visceral que ningún padre debería tener que soportar. Perder a un hijo es la peor pesadilla de cada padre, ya que son quienes los trajeron a este mundo y prometieron protegerlos.

Jess falleció en las primeras horas de la mañana, mientras la mayoría de las personas dormían pacíficamente. Andrea anhelaba que el mundo se despertara a la tragedia, que sintiera el dolor que ella estaba experimentando. El dolor era abrumador, pero resistió la tentación de ceder a sus instintos primarios. En cambio, observó cómo los médicos examinaban el cuerpo sin vida de Jess, tratando de aceptar la pérdida inimaginable.

Junto con el novio de Jess, Andrea lavó y vistió amorosamente a su hija por última vez. Fue un momento desgarrador, lleno de un dolor insoportable. Contra todos los instintos, Andrea tuvo que despedirse y dejar atrás a su amada hija.

Después del fallecimiento de Jess, Andrea dejó una nota sincera, suplicando a quien manejara los restos de su hija que cuidara de ella. A partir de ese momento, se enfocó en tratar de vivir una vida que honrara la memoria de Jess.

El cáncer que se llevó la vida de Jess había sido implacable, extendiéndose por todo su cuerpo y atacando sus órganos vitales. A pesar de la naturaleza agresiva de la enfermedad, hubo pistas a lo largo del camino que pasaron desapercibidas. Desafortunadamente, los médicos de Jess en la consulta del médico de cabecera no hicieron un diagnóstico preciso y no investigaron más a fondo.

En medio de su batalla, Jess se comunicó con sus médicos en numerosas ocasiones. Ella conocía su cuerpo mejor que nadie y entendía que le estaba fallando. Sin embargo, sus súplicas de ayuda cayeron en oídos sordos, y se vio obligada a librar sus batallas sola.

Incluso cuando los análisis de sangre revelaron resultados preocupantes, indicando posibles problemas con su hígado y coagulación sanguínea, se tomó la decisión de «esperar y ver». Pasaron seis semanas y no se tomó ninguna medida adicional, dejando a Jess y a su familia en un estado de incertidumbre y miedo.

Cuando una familia recibe la devastadora noticia de que su hijo tiene cáncer, su mundo se desmorona en un instante. Es en estos momentos difíciles que organizaciones como Young Lives vs Cancer intervienen para brindar apoyo y asistencia a los niños y jóvenes que luchan contra esta enfermedad y a sus familias. Desde el momento en que el médico entrega el desgarrador diagnóstico, Young Lives vs Cancer está allí para ofrecer una mano amiga y proporcionar lo que sea necesario.

La historia de la batalla de Jess contra el cáncer sirve como un fuerte recordatorio de la importancia de la detección temprana y la intervención oportuna. Ninguna familia debería tener que soportar el dolor y la pérdida que Andrea y sus seres queridos han experimentado. Es un relato desgarrador que destaca la necesidad de prácticas de atención médica mejoradas y un mayor énfasis en escuchar las preocupaciones de los pacientes.

Desde subvenciones financieras para asegurar un hogar cálido, hasta proporcionar un lugar para dormir cerca del hospital, e incluso hablar con los empleadores en nombre de los padres que necesitan tiempo libre en el trabajo, Young Lives vs Cancer se dedica a apoyar a las familias que enfrentan los desafíos del cáncer.

Si desea donar a esta causa digna, simplemente visite nuestra página de JustGiving aquí. Alternativamente, puede enviar un mensaje de texto con el código [CÓDIGO DE TEXTO] al [NÚMERO DE TELÉFONO] para hacer una donación. Tenga en cuenta que se aplican tarifas estándar de la red.

Nunca podríamos haber imaginado que solo seis semanas después de recibir una subvención financiera, nos encontraríamos de pie en un cementerio helado, enfrentados a la desgarradora tarea de enterrar a nuestra hija.

Algunos podrían decir que Jess simplemente tuvo mala suerte, ya que es raro que alguien tan joven tenga cáncer. Pero consideremos esto: si la esperanza de vida promedio para las mujeres en el Reino Unido es de 83 años, entonces Jess se perdió 56 años de vida.

Jess estaba increíblemente en forma, participaba regularmente en carreras de 5K. No fumaba, rara vez bebía y cuidaba de su salud. Sin embargo, a pesar de todo esto, le diagnosticaron cáncer. Esto resalta el hecho devastador de que el 9% de todos los casos de cáncer ocurren en el grupo de edad de 25-49 años, lo que resulta en una pérdida significativa de potencial y un inmenso dolor.

Es hora de dejar de considerar el cáncer en personas jóvenes como algo raro y comenzar a reconocer los años de vida que se están perdiendo. Reconozcamos la devastación que causa.

Ahora, abordemos la idea de que Jess simplemente tuvo «mala suerte». Estadísticamente, una de cada dos personas desarrollará alguna forma de cáncer en su vida. Aunque Jess no tenía factores de riesgo evidentes, su caso fue un ejemplo claro de sesgo inconsciente. Debido a que no encajaba en el perfil de un individuo de alto riesgo, nadie consideró la posibilidad de cáncer. Los médicos en la consulta de Jess se vieron sorprendidos por esta omisión.

Cuando una familia recibe la devastadora noticia de que su hijo tiene cáncer, su mundo se desmorona en un instante. Ahí es donde Young Lives vs Cancer interviene, ofreciendo un apoyo inquebrantable desde el momento en que el médico pronuncia la palabra «cáncer». Ya sea proporcionando asistencia financiera, ofreciendo un lugar donde quedarse cerca del hospital o abogando por padres que necesitan tiempo libre en el trabajo, esta organización está allí para ayudar a las familias a navegar por los desafíos que trae el cáncer.

LA TRÁGICA HISTORIA DE LA NIÑA MORIBUNDA EXPONE LA NEGLIGENCIA MÉDICA

En una desgarradora historia de negligencia médica, una joven llamada Jess fue trágicamente abandonada por sus médicos, lo que resultó en su prematura muerte. A pesar de ser una paciente ejemplar, las súplicas de Jess por ayuda fueron ignoradas, y finalmente le dijeron que no había esperanza para su supervivencia. La gravedad de los errores de los médicos no puede ser exagerada, ya que solo un momento de reconsideración podría haber potencialmente salvado su vida. Es un recordatorio devastador de las profundidades más bajas del sufrimiento humano.

UN LLAMADO AL CAMBIO EN NOMBRE DE JESS

Al igual que innumerables padres afligidos, la madre de Jess está decidida a lograr un cambio positivo en memoria de su hija. La campaña por la «Ley de Jess» ha conseguido impresionantes 323,000 firmas en los últimos tres años. La ley propuesta es simple pero crucial: si la condición de un paciente permanece sin resolver después de tres consultas, o si sus síntomas empeoran sin un diagnóstico confirmado, su caso debe ser reevaluado. Es una cuestión de sentido común y juicio acertado: tres intentos y los médicos deben replantear su enfoque.

LA NECESIDAD DE CAMBIO

Aunque algunos pueden argumentar que ya tenemos suficientes leyes en vigor, la necesidad de la Ley de Jess no puede ser ignorada. Sirve como un fuerte recordatorio de que los sistemas y regulaciones correctos deben estar en su lugar para prevenir tales casos trágicos de negligencia médica. La Ley de Jess puede parecer obvia, pero es una triste realidad que nuestra campaña es un testimonio del hecho de que no se está siguiendo.

CÓMO PUEDES AYUDAR

Si desea apoyar la causa, tiene varias opciones. Puede donar directamente a la organización benéfica visitando nuestra página de JustGiving. Alternativamente, puede enviar un mensaje de texto con la cantidad de donación a los números proporcionados. Tenga en cuenta que se aplican tarifas estándar de la red. Además, puede enviar un cheque a nombre de ‘Young Lives vs Cancer’ a la dirección proporcionada. Cada contribución cuenta para asegurar que ninguna otra familia tenga que soportar la misma pérdida desgarradora que han experimentado los seres queridos de Jess.

Unámonos y exijamos un cambio en nombre de Jess. Nadie debería ser privado de la esperanza y de una oportunidad de luchar. Juntos, podemos marcar la diferencia.

¿Cuántas Jess más harán falta? Innumerables testimonios revelan que a menudo los médicos de cabecera no reconsideran su diagnóstico inicial, incluso cuando carece de evidencia. Esta falta de pensamiento crítico lleva a diagnósticos tardíos de cáncer. La impactante experiencia por la que pasó Jess, junto con el abrumador apoyo a la petición y nuestra organización benéfica, el Fideicomiso CEDAR Jessica Brady, debería provocar una acción inmediata. A pesar de nuestras reuniones con Matt Hancock, Steve Barclay y funcionarios del DHSC, el progreso ha sido lento. Les ruego, ¿cuántas Jess más harán falta?

Jess tuvo razón al reconocer que muchos trabajadores del NHS son héroes, pero también son humanos falibles. Cuando Jess más los necesitaba, no había capas ni superpoderes a la vista. En cambio, se encontró con palabras vacías y una terca actitud de «yo sé lo mejor». Debemos capacitar a nuestros profesionales médicos para que sean curiosos, proactivos y capaces de diagnosticar tempranamente.

Es crucial evitar que otros sufran la angustia de perder a sus seres queridos.